Por Nilo V. De La Rosa Jourdain
Licenciado en Derecho, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM)
Máster en Derecho Civil, Université Panthéon-Assas, París, Francia.
Máster en Derecho Ambiental, Universidad del País Vasco, España.
Los organismos de inteligencia de la República Dominicana fueron creados en el marco de la llamada “Era de Trujillo” (1930-1961) en la que el dictador dominicano instauró un vasto y eficiente sistema de espionaje tanto a nivel nacional como internacional. La finalidad de este esfuerzo era básicamente la conservación del régimen y su poder, controlando y eliminando todo vestigio de oposición y disidencia en la población . De igual forma, la eliminación física de ciudadanos de otros países hostiles al régimen trujillista, como el atentado con bomba contra el presidente de Venezuela el Dr. Rómulo Betancourt, perpetrado por integrantes del desaparecido Servicio de Inteligencia Militar (SIM).
El magnicidio Rafael L. Trujillo Molina ocurre el 30 de mayo de 1961 a manos de un grupo de complotados cercanos al mismo régimen. El historiador dominicano Juan Daniel Balcácer señala que este grupo en su mayoría estaba unido entre sí por vínculos consanguíneos, de compadrazgo o por el sacramento del matrimonio. Por otro lado, dicho grupo “carecía de ideología y le temían más al comunismo y al castrismo que a Trujillo”. Señala que “todos tenían cuentas personales que ajustar” con Trujillo.
Inicia un período periodo político y social convulso que culmina con la elección del profesor Juan Bosch Gaviño (izquierda) como primer presidente democrático del país luego de la caída de la dictadura. Sin embargo, por diversas causas tanto nacionales como internacionales, el presidente Bosch Gaviño es derrocado en septiembre del año 1963 por las Fuerzas Armadas dominicanas (las 3 ramas fuertemente dominadas por oficiales trujillistas) con el apoyo declarado de amplios sectores de la vida nacional como la Iglesia Católica, los empresarios, las amas de casa, algunos sindicatos, la Unión Cívica Nacional (principal partido de oposición presidido por el popular médico y filósofo Dr. Viriato Fiallo), entre otros. De inmediato fue instalado una junta cívico-militar popularmente conocida como “El Triunvirato”, conformado por el Dr. Donald Reid Cabral, el Dr. Emilio de los Santos, entre otros.
El Triunvirato llega a su fin abruptamente con el golpe de Estado y revuelta militar realizada el 24 de abril del año 1965, encabezada originalmente por el coronel Fernández Domínguez de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) y agregado militar de la embajada dominicana en Santiago de Chile. La República Dominicana entra en una guerra civil en la que los principales sectores beligerantes fueron, por un lado, los llamados militares constitucionalistas, oficiales jóvenes de alta graduación y preparación que buscaban el retorno a la constitucionalidad perdida en el 1963 y el regreso del presidente Bosch. Por otro lado, estaban los militares de San Isidro (por la base aérea que lleva ese nombre al noreste de Santo Domingo, la más grande del Caribe en su tipo), integrado por oficiales de sentimiento trujillista del Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Dominicana y la Armada.
Estados Unidos de América, bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, temiendo que el enfrentamiento armado interno dominicano desembocara en una “segunda Cuba” a pocas millas de sus costas, decidió invadir la República Dominicana mediante una acción relámpago en la que desembarcaron alrededor de 45 mil soldados con el objetivo de aplastar lo más pronto posible al bando constitucionalista que, apoyado en informes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), consideraba patrocinado por el comunismo internacional y la Unión Soviética a través del régimen de Fidel Castro en Cuba.
Al momento de la invasión estounidense, el gobierno del país estaba disputado por dos presidentes al mismo tiempo. Del lado constitucionalista estaba el coronel Francisco A. Caamaño (el Coronel Fernández Domínguez ya había caído en combate intentando tomar militarmente el palacio de gobierno) y del lado de los militares de San Isidro el general Antonio Imbert Barrera, apoyado por el Gral. Elías Wessin y Wessin, entonces director del poderoso Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), la unidad de mayor preparación y tecnología disponible y por los remantes del antiguo Servicio de Inteligencia Militar (SIM).
De inmediato la guerra fratricida se convierte en una guerra patria contra la invasión estadounidense que se desarrolla básicamente en la ciudad de Santo Domingo con más de 3 mil bajas entre todos los bandos incluidos militares norteamericanos y civiles dominicanos. Se instala el gobierno provisional del Dr. Rafael García Godoy que organiza las elecciones de julio de 1966 en las que resulta electo Presidente de la República el Dr. Joaquín Balaguer, iniciándose así el período de los “12 años” hasta el 16 de agosto de 1978. Este período de gobierno encabezado por Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) (derecha demócrata cristiana) se caracterizó por una lucha encarnizada contra la subversión y el terrorismo revolucionarios comunistas perpetrados por numerosos grupos patrocinados por Cuba, la Unión Soviética, China, Yugoslavia y, en menor medida, Corea del Norte.
En este contexto convulso de enfrentamiento armado típico de la guerra fría, el gobierno del presidente Joaquín Balaguer reorganiza el aparato de inteligencia del Estado bajo la doctrina de la Seguridad Nacional, que concibió al enemigo como interno y de perfil comunista y/o revolucionario. El modelo que sobrevive actualmente en República Dominicana es el mismo desde entonces, con notables diferencias contextuales.
En el presente trabajo, se va a detallar un diagnóstico de lo que es actualmente el sistema de inteligencia dominicano (I). En esta parte, se abordará los aspectos orgánicos y funcionales tanto del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) como de los demás organismos de inteligencia del Estado en funcionamiento actualmente.
En una segunda parte, se abordará la necesidad de reforma y modernización del sistema de inteligencia dominicano (II). En esta parte, se abordará por un lado la experiencia comparada de países con sistemas democráticos maduros y, por otro lado, se abordarán algunos aspectos puntuales que deben ser objeto de una reforma legislativa a los fines de encajar el sistema de inteligencia estatal al nuevo contexto del Estado Social y Democrático de Derecho enarbolado por la nueva constitución del año 2010.
A continuación el link para descargar la versión en PDF del presente ensayo:
Reforma del Sistema de Inteligencia del Estado dominicano